La endodoncia es la especialidad dedicada al diagnóstico y tratamiento de las enfermedades o lesiones de la pulpa dental (comúnmente llamada “nervio”). Se ubica dentro del diente y su función es proporcionarle vitalidad y protección a la pieza dental.
La endodoncia también se conoce por otros nombres como tratamiento de conductos, desvitalizar o “matar el nervio”.
Fases en un tratamiento de endodoncia:
NUESTROS PACIENTES PREGUNTAN
Solo a través del diagnóstico (sintomatológico y radiográfico) se podrá valorar la necesidad o no de una endodoncia. Se buscará una afectación de la pulpa por caries profundas, traumatismos o lesiones endoperiodontales.
Los síntomas más habituales que nos pueden indicar la necesidad de un tratamiento de conductos son los siguientes:
- Aparición de sensibilidad al frío, al calor o a la masticación con un dolor intermitente o constante.
- Puede aparecer un flemón o una fístula.
- Casos sin dolencia pero que requieran la colocación de coronas o puentes.
La alternativa a la endodoncia será la extracción de la pieza y posterior sustitución por un implante.
Las únicas tres contraindicaciones para mantener un diente en boca por medio de una endodoncia son: la presencia de una fractura vertical, una proporción desfavorable entre la corona y la raíz o un soporte periodontal insuficiente. Son los únicos casos en los que se debe valorar la alternativa a la endodoncia.
Debemos recordar que nuestra prioridad es que se mantenga la dentición natural siempre que sea posible. Debemos tener en cuenta que ninguna forma de sustitución, incluida el implante, puede competir con un diente natural en cuanto a estética o propiocepción se refiere.